Los dientes de leche, también llamados dientes temporales, empiezan a moverse a los 5 años y medio o 6. Es cuando empieza el proceso de sustitución por las piezas permanentes. Aun así, pueden darse variaciones por causas genéticas u otros motivos. A no ser que vayan acompañados de otros problemas bucales, la erupción precoz o los retrasos de dentición no deben preocuparnos.
Este proceso de sustitución se divide en dos fases. Los primeros dientes en caer son los incisivos, tanto superiores como inferiores. La segunda fase, a partir de los 9 años aproximadamente, comprende el proceso de sustitución de los caninos y molares.

¿Cómo se caen los dientes de leche?
El primer síntoma de que un diente de leche se va a caer es su movilidad. El diente permanente que se encuentra bajo la encía empieza a ejercer presión y a desgastar la raíz del diente de leche, empezando a aflojar el diente.
Puede darse que el diente definitivo erupciona a su lado, creando una segunda fila. Este anomalía se produce cuando no ha habido un desgaste de la raíz del diente de leche. Suele ocurrir muy pocas veces y acaba corrigiéndose con la caída de la pieza temporal. Aun así, es necesario acudir al odontopediatra para descartar que pueda crear un problema.
También puede ocurrir, que los nuevos dientes no salgan bien colocados. Al ser de mayor tamaño, el espacio anterior no tiene por qué ser suficiente y el diente erupciona por donde puede.
¿Qué debemos hacer cuando se mueve un diente de leche?
Cuando empieza a moverse un diente, pueden pasar varios días incluso semanas hasta que llegue a caerse. Lo más recomendable, es dejar transcurrir de forma natural este proceso. De lo contrario, si el diente no estuviera “muy débil” se podría ocasionar una herida en la encía del niño y mucho dolor.
El instinto de los niños por tocarse el diente con la lengua, de forma consciente o inconsciente, puede ser una forma de acelerar el proceso sin ser perjudicial. Lo que tenemos que evitar, es el contacto de sus manos. Son fuente de gérmenes y bacterias y pueden desencadenar una infección que afecte a la encía.
En caso de tener que retirar el diente, el método más recomendado es utilizar una gasa, coger el diente con firmeza y dar un tirón seco hacia fuera. Para frenar la pequeña hemorragia consecuencia de la extracción el niño debe colocarse una gasa sobre la encía y morderla durante unos minutos (lo que tarde la sangre en coagular y cicatrizar).
En caso de que el diente temporal permanezca más tiempo de lo normal, el odontopediatra valorará su posible extracción para evitar problemas de masticación, retención del diente definitivo o dificultades del niño para hablar.
Con el cambio de dentadura, lo realmente importante es la necesidad de habituar a los niños en la práctica de una buena higiene bucodental e incorporar el cepillado en su rutina.
Dentistas para niños
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Hay esta muy bien lo que dice
Porqueee
Ya me quiero sacar el diente de una buena vezzzz