El bruxismo puede ser más que una simple molestia nocturna. A menudo conduce a consecuencias dolorosas y a largo plazo en la salud dental y mandibular.
Frente a este desafío, el tratamiento con toxina botulínica en el tercio inferior emerge como una solución innovadora, enfocándose en aliviar la tensión muscular excesiva.
Este artículo profundiza en cómo esta técnica no sólo combate los síntomas del bruxismo, sino que también contribuye a una mejor calidad de vida, ofreciendo un panorama detallado y práctico para quienes buscan un alivio más efectivo.
Bruxismo y toxina botulínica, ¿cuándo es adecuado?
Los dolores de cabeza, oído, dificultades para masticar alimentos duros, trastornos del sueño y una mayor sensibilidad dental son solo algunas de las molestias que el bruxismo puede infligir en la vida diaria.
Este trastorno, que afecta a una gran cantidad de personas, se caracteriza por una contracción involuntaria de los maseteros, uno de los músculos más potentes, llevando a apretar de manera excesiva los dientes, sobre todo al dormir.
Esta acción repetitiva no solo provoca un desgaste dental significativo, sino que también puede llevar a una hipersensibilidad dental, incrementando el riesgo de caries y desgaste dental.
Ahora bien, el tratamiento del bruxismo con toxina botulínica sólo se considera cuando los métodos convencionales, es decir el uso de férulas de descarga y terapias de relajación muscular, no son suficientes.
¿Cómo se realiza el tratamiento con toxina botulínica?
Este tratamiento consiste en inyectar la toxina en los músculos maseteros y busca relajar la musculatura para reducir la intensidad a la hora de apretar los dientes.
Sin embargo, lo recomendable es que este tratamiento sea un paso posterior a los tratamientos más conservadores, como el uso de la férula de descarga al dormir, la corrección del desgaste o mal posicionamiento dental con ortodoncia o carillas y la fisioterapia enfocada en mejorar la salud de la articulación temporomandibular.
Ahora bien, en los casos más avanzados que sí lo requieran, la inyección de toxina botulínica ofrece alivio por un período de hasta 6 meses, mejorando significativamente la calidad de vida de los pacientes.
El procedimiento consiste en unas inyecciones precisas en los músculos maseteros (tercio inferior). Estas inyecciones se realizan con agujas finas y requieren un conocimiento detallado de la anatomía facial para asegurar la efectividad. Además, la cantidad de toxina y los puntos específicos de inyección varían según las necesidades individuales del paciente, lo que requiere una evaluación cuidadosa por parte del profesional.
Consecuencias del tratamiento con toxina botulínica
El tratamiento del bruxismo con toxina botulínica no solo alivia los síntomas físicos, sino que también puede tener un impacto positivo en la estética facial.
La relajación de los músculos maseteros puede llevar a una apariencia más suave y relajada del tercio inferior de la cara, reduciendo la prominencia de la mandíbula causada en algunos pacientes por la hipertrofia muscular al presentar bruxismo.
Pero más allá de los beneficios estéticos, el uso de toxina botulínica en el tratamiento del bruxismo ofrece un alivio funcional significativo.
Los pacientes experimentan una disminución en el dolor de mandíbula, cabeza y oído, así como una mejora en la función masticatoria y la calidad del sueño.
Expertos en bruxismo en Barcelona
Si presentas bruxismo lo más importante es que acudas a un especialista para realizar una evaluación de tu caso concreto. En muchos casos con los tratamientos convencionales suele bastar, pero si fuera necesario, está bien saber que contamos con un as en la manga gracias a la toxina botulínica para aliviar los casos más avanzados.
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