Continuar leyendo «Tratamiento de la enfermedad periodontal»
Tratamiento de la enfermedad periodontal
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La salud de los tejidos que soportan los dientes es directamente proporcional a la salud de tu sonrisa.
El curetaje dental o raspaje dental es un tratamiento muy habitual en la clínica dental. Si no quieres pasar por ello, es muy importante que siempre mantengas muy buena higiene bucal ¿Quieres saber más sobre este tema? ¡Sigue leyendo!
El curetaje dental, también conocido como raspado y alisado radicular, es una técnica odontológica que se lleva a cabo en los tratamientos contra la periodontitis o comunmente llamada piorrea.
El curetaje va más allá de una limpieza dental tradicional porque se trata de una limpieza de la parte del diente que queda por debajo de la encía para eliminar la placa bacteriana y la acumulación de sarro que se queda en esta zona donde no se puede llegar con el tradicional ultrasonidos.
El tratamiento se basa en el raspado de dientes y alisado radicular, que como su nombre indica, consiste en raspar y limpiar las superficies de las raíces de los dientes de forma manual mediante unas curetas por parte de un odontólogo o una higienista dental. Con esto se consigue eliminar el sarro adherido y alojado en zonas subgingivales, es decir en el interior de las encías.
Una vez que el raspado se completa, alisamos las raíces de los dientes para permitir que las encías se vuelvan a unir a los dientes.
Muchos pacientes nos preguntan: ¿el curetaje dental duele? Nuestra respuesta es que no duele porque se aplica anestesia local salvo en aquellos casos donde la infección se ha detectado temprano y al no ser muy profundo no es molesto.
En términos generales, podemos decir que el curetaje de encías o raspado de encías es un procedimiento sencillo que no duele ni presenta complicaciones.
En la siguiente imagen podemos ver como sería una encía sana comenzando por la izquierda, pasando por gingivitis y seguidamente enfermedades más graves como la periodontitis moderada y finalmente la periodontitis severa.
En la mayoría de los casos las enfermedades de las encías transcurren sin dolor y muchos pacientes las padecen sin saberlo.
Pero las enfermedades de las encías suponen un grave riesgo para la salud de los dientes y su estabilidad. Pueden causar graves daños en la estructura que los soporta creando una reabsorción del hueso y provocar su caída. Una de las causas de su desarrollo es la placa bacteriana y su acumulación en las llamadas bolsas periodontales.
En estos casos la encía se retrae y aparecen unos surcos o huecos alrededor de los dientes. Son las bolsas periodontales. Cuando no se actúa a tiempo, estas se van haciendo más profundas y, lo que es más peligroso, se convierten en lugar ideal para que las bacterias crezcan y se multipliquen.
En estos casos, es necesario hacerse un curetaje porque es una limpieza profunda capaz de alcanzar esas bolsas y eliminar la capa de sarro formada en ellas por las bacterias.
Detectar y tratar el problema de forma precoz evita la pérdida de hueso y soporte de las piezas dentales. Tenemos que tener en cuenta que el hueso que se ha perdido ya no se puede recuperar. Lo importante es frenar esta pérdida y controlar que la enfermedad periodontal no se vuelva a reactivar. Para esto después del tratamiento de raspado y alisado radicular se realizan mantenimientos periodontales periódicos cada 6 meses.
Si te preocupa la salud de tus encías, observas inflamación o acumulo de sarro pide cita en nuestra Clínica dental Pfaff y te realizaremos una exhaustiva exploración dental para detectar y tratar de forma precoz cualquier problema.
Contamos con los medios más avanzados para garantizar los mejores resultados en los diferentes tratamientos y la máxima comodidad para nuestros pacientes. Una boca y sonrisa saludable es importante para tu salud general así que no dejes pasar más tiempo.
¿Aún tienes dudas?
¿Tienes las encías retraídas? ¿No te atreves a sonreír por culpa de ello?
Los malos hábitos de vida, las infecciones orales, las enfermedades periodontales y la incorrecta higiene bucal pueden estar detrás de las encías retraídas.
Si tienes las encías retraídas es probable que el efecto antiestético que producen sea lo que más te esté molestando. Pero, debes saber que las complicaciones en materia de salud bucodental pueden afectar seriamente a tu sonrisa.
Desde nuesta clínica dental en Sant Gervasi te vamos a dar todas las claves para disfrutar de una sonrisa saludable, manteniendo a raya la recesión gingival.
Las encías retraídas se producen cuando, al sonreír, tus dientes se muestran más de lo que deberían, es decir tienes la raíz expuesta. A consecuencia de diferentes factores, las encías pueden acortarse, perdiendo parte del tejido gingival.
Es, por tanto, el debilitamiento del tejido que conforma las encías hasta el punto que empiezan a reducirse en volumen, dejando visible de forma progresiva la raíz del diente.
En la gran mayoría de situaciones, la retracción de las encías también va acompañada de molestias al cepillado, o la hipersensibilidad dental, lo que causa su agravamiento a la hora de ingerir comidas y bebidas demasiado frías y calientes.
La retracción de las encías puede tener diversas causas. Estas son las más comunes.
La primera fase de la enfermedad periodontal es la gingivitis y la principal causa de su aparición es por una mala limpieza dental.
Se manifiesta mediante la hinchazón y posible sangrado de las encías. La placa bacteriana y el sarro en los dientes están detrás de su formación.
Si no tratamos la gingivitis con rapidez, la enfermedad evolucionará negativamente hacia una periodontitis.
El tratamiento periodontal y los controles periódicos por tu dentista de confianza son fundamentales para mantener la pieza dental y evitar la retracción de las encías.
Es una enfermedad grave que afecta a los dientes y encías. Las encías se encogen formando bolsas, que pueden infectarse.
Esta infección puede dañar el tejido y el hueso que sostiene el diente en su lugar, y hacer que se suelten y aflojen. Incluso puede provocar la pérdida de piezas dentales.
El humo del tabaco provoca la inflamación de las encías y acaba por reducir la cantidad de sangre que llega a los tejidos mucosos. De esta manera las bacterias avanzan con mayor facilidad agravando la enfermedad periodontal del paciente.
Es, por tanto, que si fumas, tienes más posibilidades de padecer retracción de las encías.
El cepillado de nuestros dientes debe de ser suave sin hacer fuerza ni apretar. No por cepillarnos más fuerte vamos a conseguir eliminar las bacterias y el sarro de nuestros dientes, todo lo contrario.
El bruxismo o el hábito involuntario de rechinar los dientes daña gravemente las piezas dentales y las encías al apretar los dientes con gran fuerza sobre todo por las noches cuando estamos durmiendo.
Si sufres de bruxismo de manera continuada, esta parte de la dentadura puede sufrir que las encías se retraigan.
Ante este tipo de situaciones, te recomendamos acudir a la Clínica dental Pfaff para su valoración. En este caso, el periodoncista te realizará un diagnóstico y te indicará la mejor opción de tratamiento dependiendo del estado de la encía retraída.
Si la retracción de la encía no está muy avanzada, existe la opción de hacer un raspado y un alisado radicular.
Se trata de un procedimiento de dos partes:
Primero se elimina toda la placa y el sarro endurecido encima y debajo de la línea de la encía (donde la encía se une al diente).
Luego el dentista realizará el alisado radicular, que consiste en allanar las raíces de los dientes para ayudar a que las encías vuelvan a fijarse a los dientes.
Para casos más graves de retracción gingival la cirugía oral de injerto de encía es una solución exitosa.
Los injertos de encías son procedimientos quirúrgicos poco invasivos e indoloros.
Su objetivo es el recubrimiento de la raíz expuesta, mejorando el grosor y la calidad de la encía que recubre el diente.
¿Te has decidido ya a que tus encías vuelvan a recuperar su mejor estado?
Da el primer paso y concierta una cita en nuestra clínica dental en Barcelona. Te esperamos para oírte y recomendarte el tratamiento que mejor se adapte a tu situación.
Recuerda que es tu salud dental la que está en juego.
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Nueve de cada diez ciudadanos, de entre 18 y 65 años, ha sentido estrés en el último año y cuatro de cada diez lo han sufrido de manera continuada según el estudio de SEAS (Sociedad Española para el Estudio de la Ansiedad y el Estrés).
Y sí, el estrés también afecta a nuestra salud bucal. Además, después de los acontecimientos de cambios, incertidumbre y miedo que estamos viviendo en los últimos meses seguramente los niveles de ansiedad están en aumento.
Posiblemente muchos relacionéis con el estrés los dolores musculares en cuello o espalda, así como los dolores estomacales, por ejemplo. Pero, quizás, pocos os percatéis de cómo afecta en la boca. Después de periodos de más ansiedad puede que os resulten familiares las apariciones de herpes, dolores en la mandíbula por tensar demasiado los músculos faciales o bien rechinar los dientes. Además si el estrés es crónico, que perdura en el tiempo, las consecuencias son mayores, incluso pueden llevar a la pérdida de piezas dentales si no se actúa a tiempo.
Una de las principales reacciones de nuestro cuerpo ante el estrés es la boca seca. Además, la sequedad bucal es un efecto secundario si se están usando medicamentos para tratar la ansiedad o la depresión. La saliva es la primera defensa que se encuentran las bacterias en la boca. Cuanta menos secreción de saliva, mayor es el riesgo de enfermedades bucales.
Así pues, aumenta la acidez en nuestra boca y ataca el esmalte dental, que es la capa natural que los protege y se acaban desarrollando las caries y otras infecciones o enfermedades en las encías.
La alteración y la acumulación de la placa bacteriana pueden provocar el sangrado e inflamación de las encías, causando enfermedades sobre los dientes como la gingivitis y la periodontitis. El estrés emocional también se asocia con las enfermedades periodontales.
Por un lado, encontramos los cambios en el comportamiento; suele ser habitual que en periodos de ansiedad se descuide la buena alimentación, se consuman más azúcares, se fume más… y se olvide la buena higiene dental. Por ello la placa bacteriana aprovecha estos malos hábitos para alojarse en nuestras encías y puede desencadenar en una periodontits.
Por otro lado, en los últimos años se ha comprobado que cuando el cuerpo se encuentra bajo estrés se producen cantidades elevadas de una hormona llamada cortisol. Cuando ésta se produce en las encías estimula la inflamación y por tanto promueve la periodontitis.
Los herpes son producidos por un virus que habita en los nervios faciales y se reproduce en momentos en los que el organismo tiene menos defensas, como pueden ser los periodos de estrés. Las aftas son unas heridas blanquecinas que se forman en encías y mucosas causadas por virus, bacterias y deficiencias del sistema inmunológico debilitado por el estrés.
Es un hábito involuntario que consiste en apretar y/o rechinar los dientes durante las horas de sueño, o incluso despiertos. El estrés es la principal causa de esta patología. El bruxismo si no se trata a tiempo puede derivar en complicaciones más severas, hipersensibilidad dental, desgaste de los dientes, dificultad para masticar, dolores musculares en mandíbula, dolores en cuello, cabeza y oídos; insomnio o incluso provocar la pérdida de piezas dentales.
Hay maneras de aliviar los dolores derivados de esta patología pero, al ser un acto involuntario, la única manera de poder resolver el problema a tiempo es con una visita al dentista para valorar cuál será el mejor tratamiento en cada caso. Por norma general, una férula de descarga ayuda a evitar el contacto entre los dientes y evitar el desgaste de las piezas.
El estrés es una de las principales causas de la disfunción de la articulación temporomandibular. Es la articulación que une la mandíbula con el cráneo. Puede ser que produzca chasquidos al moverse, que presente dolor, inflamación… Esto es debido a que el disco articular se ha desplazado y no puede funcionar con normalidad por la presión generada al apretar los músculos por estrés.
Con una visita a tiempo al odontólogo se podrán tomar las pruebas diagnósticas oportunas y determinar la causa exacta del problema para poder abordarlo. En algunos casos puede ser necesaria la utilización de férulas de desprogramación muscular o fisioterapia y en casos extremos incluso una cirugía.
El estrés y la ansiedad también pueden causar que los ácidos estomacales se acumulen, lo que puede llegar a provocar reflujo ácido y, en consecuencia, puede aparecer mal aliento.
Lo peor de todas estas afectaciones producidas por el estrés es que suelen ocurrir de manera progresiva, la persona afectada no suele notar sus efectos hasta que ya son muy avanzados. Por ello las revisiones periódicas son de máxima importancia para poder detectar estos síntomas a tiempo y conseguir a través del tratamiento adecuado paliar sus efectos en nuestra salud oral.
En Clínica Pfaff estaremos encantados de ayudarte. Contamos con las últimas tecnologías para poder diagnosticar a tiempo si sufres cualquier anomalía en tu cavidad oral; así como los mejores tratamientos para poder solucionar cualquier problema en caso de detectarlo.
Quizás llegue un día en que los dentista puedan recomendarte un baño caliente o un buen masaje relajante pero por el momento te recomendamos una buena alimentación y rutina de higiene bucal, además de visitas periódicas a tu dentista.
Si no consigues reducir tu nivel de estrés no dejes que este afecte a tu salud oral. Visita a tu odontólogo.
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